lunes, 13 de abril de 2009


El corazón de la mujer puede estar ya muy cansado de sufrir y llorar, fatigado, angustiado, dolido, noqueado, devastado por el desamparo emocional, por la orfandad de afectos, enajenado de dolor y destrozado.. Pero sigue de pié y amando con fuerza.. ¿Saben por qué? Por que está pagando un precio, y es allí, en el corazón, donde radica toda la fuerza de la mujer (no en los puños).

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