domingo, 29 de julio de 2012

Quiero entrar de puntillas en tu mundo, justo cuando estás distraído. Cuando estás solo, cuando no hay disfraz, cuando eres tú mismo, cuando te olvidas del mundo exterior y te dedicas a profanar el tuyo, el que no compartes con nadie, quiero verte como te despojas de tu impecable ropa de cinco días y tu piel se cubre con un jersey que ya vio desaparecer su color, pero continúa siendo tu favorito, que dejes libres tus pies y te apoderes del viejo sofá, enciendas la TV y seas el dueño del mando a distancia, quiero estar ahí cuando tus ojos cansados de un día complicado intenten mantenerse abiertos...

Si era debido a tu inocencia, a tu encanto, a tu astucia, a una mezcla de esas tres cosas, no lo sé, pero... me ponía alegre cuando te veía aparecer, aún cuando, y a veces era el caso, traías contigo grandes catástrofes. 

miércoles, 25 de julio de 2012



Tú ganas: confieso que no me gusta reconocer las horas, ni el paso del tiempo. Que me quedo tildada fantaseando con planes a corto o largo plazo, a veces ni eso. Que soy incapaz de definirme o desatarme de lo que me detiene. 

martes, 24 de julio de 2012


Sólo existe el amor. Las otras cosas nobles apenas sirven para dignificarlo....Algunos hombres jamás lo encuentran. Para otros es apenas una estrella fugaz que ilumina un año, un mes, una semana o un día en sus vidas. Pero ese destello efímero da significado a la existencia toda. Bienaventurado el que puede sentir en su carne y en su espíritu el fuego de esa chispa. 

domingo, 22 de julio de 2012



Nado entre la nada y su mitad, nado entre el concepto ser o estar, si soy lo que siento, siento que no estás... Y es que ya no hay lágrimas que valgan ni misterios que cuidar, sólo la mísera certeza de que nada será igual.
Y abrí los ojos para ver si aún estabas, pero ya era tarde y sólo queda una pared y algunos siglos para despertarme, y si lo pienso ya lo sé, no muero en el intento, pero salgo herido y lo bastante como para no estar vivo. Tengo el don de la oportunidad, tengo el temple y la capacidad de echarte de menos cuando ya no estás. Pierdo por momentos densidad, pierdo grados y efectividad. Ahora ya lo entiendo, aquí no hay vuelta atrás, ya no hay vuelta atrás. Y si miro atrás no encuentro aún motivos. ¿Quién quiere abrir los ojos para ver que ya no queda nada que entender? 
También se puede dejar a los demás sin marcharte. 

martes, 17 de julio de 2012



Prefiero morir vicioso y feliz a vivir limpio y aburrido. Prefiero encontrar una estrella en el fango a cuatro diamantes sobre un cristal. Prefiero que la estrella queme, sea fuego, a un tacto rezumante de frialdad. Prefiero besar el duro suelo veinte veces para llegar una sola vez a lo más alto a escalar poco a poco, sin caer nunca pero sin llegar jamás a la cima. Prefiero que me duela a que me traspase, que me haga daño a que me ignore. Prefiero sentir. Prefiero una noche oscura y bella, sucia y hermosa, a un montón de días claros que no me digan nada. Prefiero una cadena a un bozal. Prefiero quedarme en la cama todo el día pensando en mi vida a levantarme para pensar en la de otros. Prefiero un gato a un perro. Porque el gato te araña, es infiel, te ignora, se escapa, pero sabes que, a pesar de todo, no podría vivir sin ti. En cambio, el perro es tonto, no sabe nada, te obedece hasta el absurdo. Prefiero las mujeres gato a las mujeres perro, por las mismas razones. Prefiero el mar a la montaña. La vida es una noche tumbado en la playa, mirando las estrellas sin verlas, soñando despierto, dejando que la arena se cuele entre los dedos de mis pies, embriagado de todo. Y la noche, siempre la noche. Nunca a la luz del sol. La noche es mágica. Me hace vivir, no pensar. Me pone en movimiento. Rompe mis esquemas. Prefiero las noches frescas de verano, andar con poca ropa, sentarme en el suelo y meterme algo de vida en el cuerpo. La mañana me sabe a dolor de cabeza. Me da sueño. Me quita las ganas de hablar. Me recuerda que soy mortal. Me recuerda que soy normal. La noche me hace único. Prefiero el color de la sangre y el de la gris niebla que difumina las cosas. Si sabe que prefiero el frío cuero, ¿por qué se viste con el traje de terciopelo?. Se me escurre entre los dedos... Prefiero experimentar las cosas, aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre. Prefiero probarlo todo a morirme sin saber lo que me gusta. Y, más que nada, prefiero la vida que dan sus besos de caramelo y la suave caricia de su piel caliente.


Daniel Valdés - "Bailame el agua"

domingo, 15 de julio de 2012



Tus oídos están llenos, pero vos vacío.
Ofreciendo tu corazón...
A gente, que en realidad,
no le importa cómo estás. 

sábado, 14 de julio de 2012



Se me esfuma la vida entre suspiros y pensamientos absurdos, ya sabes los típicos que te hacen dudar de si dar o no el siguiente paso, pero al final siempre es lo mismo, retrocedes...
Sé que podría ser diferente pero no estás aquí amor, no existes aún, y te echo de menos. Menuda tonteria, ni siquiera lo creerias, nunca me has hecho compañía y ya te digo todo esto. Si algun día te encuentro no permitiré que mis miedos nos separen, en serio, no habrán más fantasmas del pasado ni monstruos a los que temer en el futuro.
Daré cuantos pasos hagan falta si me dices "ven".

lunes, 9 de julio de 2012


"(...)Hacer siempre el esfuerzo de pensar en lo que está ante ti, prestarle atención a lo real, mantenida, no olvidar ni un segundo que al que o a la que hablas, viene de otro sitio, que sus gustos, sus pensamientos o sus gestos han sido formados por una larga historia, poblada por muchas cosas y por otras personas que tú nunca conocerás. Acordarte siempre de que al que o a la que miras no te debe nada, no forma parte de tu mundo, no hay nadie en tu mundo, ni tan siquiera tú. Este ejercicio mental, que pone en movimiento el pensamiento y también la imaginación, es un poco austero, pero te conduce al gozo mayor que exista: amar al que o a la que está ante ti, amarlo por ser como es, un enigma, y no por ser lo que crees, lo que temes, lo que confías, lo que esperas, lo que buscas, lo que quieres." 


domingo, 8 de julio de 2012


El remordimiento, y en ello coinciden todos los moralistas, es un sentimiento sumamente indeseable. Si has obrado mal, arrepiéntete, enmienda tus yerros en lo posible y esfuérzate por comportarte mejor la próxima vez. Pero en ningún caso debes llevar a cabo una morosa meditación sobre tus faltas. 
Revolcarse en el fango no es la mejor manera de limpiarse.

martes, 3 de julio de 2012


"Todos tenemos un pequeño hueco, no sé en qué parte del cerebro, en el que el rencor tiene prohibida la entrada, ¿no? Espero.
Un hueco que en cualquier momento te permite recordar a todas esas personas que estuvieron ahí cuando más la necesitaste, sin pedírselo, a todas esas personas que en ningún momento te dieron de lado cuando más solo te sentías. A pesar de lo que hubiese podido suceder después, y a pesar de que más tarde te fallaran, todo el mundo recuerda todo lo bueno que alguien ha hecho incondicionalmente por él, ¿verdad? ¡Decidme que sí! "