viernes, 12 de junio de 2009

Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no ser como todos quieren, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos deja la conciencia, el miedo a ser culpables de lo que les pase a los demás, y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido... miedo a la muerte, miedo al fracaso, a la soledad, hay tantas clases de ellos pero muy pocas veces nos acordamos, que los miedos son los propios obstáculos que nos ponemos a diario para dificultar nuestras metas, nada es tan complejo como parece.

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