domingo, 28 de octubre de 2012


Y esa noche, sobretodo ese atardecer se sentía sola. Veía como el sol se iba con los últimos rayos, como se fusionaba con el mar y con el infinito. Vio como la noche llego acompañada de estrellas y de oscuridad. Vio las parejas más felices cruzándose con ella justo en ese momento. Como se veía la felicidad en cada uno de sus ojos... Le entraron ganas de compartir esa noche con alguien. Ella sabia que esa noche, precisamente esa noche, no podía dormir sola. Necesitaba el brazo cálido de un hombre rodeándola mientras ella sentía sus sueños seguros. Necesitaba dar un dulce beso de buenas noches y ver, al abrir los ojos al día siguiente, que no estaba sola. Recorrió la ciudad y atravesó miles de calles... en un portal se paro. Y llamo.
-¿Quien es?
- Soy yo.
Cuando él abrió la encontró enfrente de la puerta mirándole a los ojos.
- No puedo dormir sin ti esta noche.

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