domingo, 24 de mayo de 2009

Ella ama las flores y los detalles, a veces quiere una relación terrestre, concreta y real, otras veces no quiere nada o tal vez... volver el tiempo atrás. Hay días que cree ser complicada y se desgana, más aún los días de lluvias y si bien a esta altura ya aprendío que hay días y días, no se prende a la cola de los barriletes de las comas ni de los monótonos puntitos de la "ies".
Ella sube lunes por la mañana las escaleras como quien intenta invitar a la cama a dormir a algúna que otra nube, escucha Las Pastillas del Abuelo pero en su cabeza siempre suena Norah Jones, o Dido.
Disfruta de los amigos y las buenas salidas, no se lo dice a nadie pero hay noches que prefiere quedarse viendo peliculas a salir a rondar por los bares.

"Y el olvido... - dice ella - ojalá te sienta bien" es que a estas alturas no es ningún misterío, podremos mucho quejarnos pero para haber sobrevivido tuvimos que vaciar las parcelas del pasado, invitarlas a la siesta y hacer las paces con los domingos.
Y se pregunta, "¿Qué pasa conmigo?", ella sabe que algo anda estropeado en los relojes, que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja, que necesita olvidarse un póco de todo y salir a caminar.

Pero es jodido, infinitamente jodido, esto de crecer / que den las diez y todavía no abra el bar de la esquina.

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