sábado, 2 de mayo de 2009


EL MUJERIEGO
Si alguna vez conociste a un mujeriego habrás escuchado esta sentencia en más de una oportunidad, y habrás fingido creerle en igual cantidad, incluso mintiéndote a ti misma. ¿Cuándo será que asumiremos que esos con alma de Don Juan no tienen remedio? Los culebrones nos engañan, dicen que ese galán que se jacta por tener a todas las que quiere, un día encuentra a su princesa y cambia, se vuelve un tipo fiel que no te traicionaría ni con el pensamiento, y vos, tontamente te prendes el cinturón de heroína y te dejas convencer. Resulta muy tentadora la idea de ser esa por quién dejó de lado su agenda negra y pasear a su lado airosamente como diciendo: Miren, y Uds. que pensaban que no lo lograría, renunció, y fue por mi. Hasta que tiene un tropiezo y lo dejas pasar porque claro, no es tan fácil cambiar toda una vida de la noche a la mañana. Sin darnos cuenta pasamos de heroínas a una más que engrosa la larga lista de cornudos. No es que los mujeriegos sean todos bellos, al estilo hollywood, NO! Los hay feos, petisos, gordos, flacos, de todos los colores, su encanto proviene del conocimiento. Es abrumadora la forma en que conocen a la mujer; que cosas decirle, cómo decirlas, que detalles harán caer a su presa indefectiblemente, todos los artilugios perfectamente ejecutados.Aún no estoy segura si llamarlo “don”, vicio o una conducta patológica perversa. Quizás más de una vez decidan cambiar e incluso puede que lo hagan, el problema es que no logran sostener esa decisión por un período largo de tiempo, vuelven a caer. Y hasta uno llega a verlos como víctimas de su órgano sexual que se comporta como boy scout: siempre listo. No buscan dañar, pero es como un círculo adictivo del que no pueden salir, y la verdad, no es que sufran precisamente en ese círculo.Las excusas de los mujeriegos son tan variadas, pero todas se basan en que la culpa de su indecorosa conducta es nuestra, de las mujeres, que andamos de ofrecidas, aceptando relacionarnos con aquel que sabemos está comprometido. Lo que en realidad me enerva a mi, es que les damos la razón, y siempre maldecimos a otras mujeres, que no en todos los casos se destacan por su candor, lo admito, pero prácticamente los exoneramos de culpa a ellos, cuando en realidad el fulano no puso ninguna resistencia a la hora de meterse a la cama con otra.No conozco fórmula efectiva que pueda repeler a esta especie, lo más probable es que en algún momento caigas en sus redes, lo importante es no olvidar: No es mas ciego el que no ve que aquel que no quiere ver…


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