viernes, 23 de marzo de 2012

Aparece, empuña su belleza
y la ciudad retrocede un instante...
Yo la miro desde el fondo del oleaje del recuerdo
de los besos que perdimos en combate
Saltábamos, canguros, de bar en bar,
eran años chiflados
Napoleones que juraban lo injurable
en la placita del barrio
Fueron tiempos deliciosos, yo sé,
la vida te da y te come
Años de salir a revisar los bolsillos de la noche...

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