Ni perder el vigor ni decir sin rigor que todo tiempo pasado siempre fue mejor, ni llegar a mi casa ofuscado y molesto. No quiero estar cansado de llevarme puesto. Y aunque esta verdad pueda doler, tengo que decirlo, sin complacer.
Pero si ofendo, pido perdón. Cuando sea grande, no quiero ser como vos.
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